“Vamos al tronco de la Ceiba; vamos a poner el trueque-ofrenda para el nuevo año. Ya han pasado los dolorosos días. Vamos a reunirnos en el pueblo; vamos al oriente del pueblo a colocar la columna de madera del viejo recibidor del fuego sobre el cerro.
Traed todas las cosas nuevas; tirad todas las cosas viejas. Se ha concedido que pasemos los días malos aquí en el pueblo, porque van a venir otros días, otros winales, otros años, otro katún, para que venga a completarse una veintena de años para el katún.
Vamos a poner nueva piedra de término de año a la puerta del pueblo. Busquemos una blanca para indicar que otro año ha pasado”. Libro de los Cantares de Dzibalche.
Apreciables hermanas y hermanos, un saludo desde la cátedra EBI.
Saludando al Creador y Formador y a la energía del día doce No’j 19 de febrero 2024, para pedir permiso para dirigirme a todas y todos.
Buenos días Abuelas y abuelos, autoridades de las Comunidades, Guías espirituales,
señoras y señores, jóvenes, niñas y niños. Hermanas y hermanos de los cuatro pueblos
que convivimos en Guatemala. Les recuerdo que estamos llegando al término de un
ciclo más del año solar Maya; ayer terminamos el último día del mes del año que se llama Wayeb’ de cinco días, para que el Kab’lajuj No’j comience a regir el año. Por eso nos llaman las hijas e hijos del tiempo.
La invitación es que cada uno, desde el Pueblo al que pertenece, desde su comunidad,
desde su familia y desde su persona haya guardado y vivido este mes de cinco días para reflexionar y evaluar su compromiso comunitario, familiar y personal, para ir
fortaleciendo su propia identidad e ir recuperando y vivenciando cada vez más, la
herencia de nuestras abuelas y abuelos, para ir encontrando La plenitud de la vida. Un
tiempo para renovar su propósito personal, familiar y comunitario, culminando con La
gran celebración del Cambio del Cargador.
Solicitamos a los Guías y autoridades que den el Pixab’ el Consejo a todos, para ir recuperando, fortaleciendo y vivenciando la herencia que nos legaron nuestros ancestros en los Principios y valores del respeto, el agradecimiento, respeto a la palabra dada, y la protección a todo, porque todo tiene vida y en la medida de lo posible celebrar esta fiesta e ir aportando para la armonía y el equilibrio y la paz de Guatemala.
Este es el legado de nuestras abuelas y abuelos y esta es nuestra herencia.
Hoy, la cosmogonía maya sigue presente y dinámica, alimentando la cultura, principalmente en la tradición oral, en un conjunto de ciencias, tecnologías, principios y valores compartidos por una comunidad, que funcionan como organizadores y orientadores de su vida.
Las abuelas y los abuelos desarrollaron una relación para con la Madre Tierra, de profunda colaboración, respeto y veneración. Por eso, reconstituir nuestra identidad es volver a los principios y valores básicos convencionales, no humanos, sino de la vida, de la naturaleza.
Volver a nuestra sabiduría, a nuestros ancestros, al camino sagrado. No es retroceder, sino reconstituirnos en los principios y valores que no tienen tiempo, que no tienen espacio.
Cuidar y guardar la Madre Tierra. Es nuestra dimensión ética, que sólo nosotros tenemos.
Precisamos rescatar la dimensión del corazón, el valor de la razón sensible, de la inteligencia espiritual, del afecto y del amor. Es por la sensibilidad que nos sentimos unidos a la Tierra, percibimos su belleza, escuchamos su mensaje.
Velásquez, Félix Lorenzo. De Vuelta a mis raíces. Maya Na’oj, Guatemala 2013.
El deseo es que tengan una muy feliz fiesta de año nuevo doce sabidurías y a vivir nuestros principios y valores en los siguientes 364 días para encontrar la Plenitud en nuestra vida.
Comments